El funeral de Barney

Ahora que se acerca Halloween hay un tema en el aire, la muerte. Por eso, de la mano Amauri Baroja quiero convertir con vosotros una historia que ayuda a abordar este tema con los niños. El funeral de Barney.

El funeral de Barney

Sin dudas, uno de los temas más difíciles de abordar con los niños pequeños es la cuestión de la muerte.

funeral de Barney

Que una criaturita logre discernir los contrastes de la vida y la muerte sin que esto signifique algo doloroso o traumático, es una tarea en la que debemos poner toda nuestra sensibilidad y el máximo cuidado. Soy de los que piensan que a los pequeños hay que hablarles con las palabras exactas y sin vueltas, respetando lógicamente, un lenguaje maduro e infantil al mismo tiempo, sin cargar los discursos de palabrerías llenas de onomatopeyas, muchas veces incomprensibles, incluso para nuestros propios hijos, y que sólo tienden a confundir y extender en el tiempo sus problemas de dicción, modulación, etc.

Por ejemplo, decir guau- guau en lugar de perro no sólo no aporta absolutamente nada al vocabulario de mi hija Catalina, sino que además me convierte en un grandullón todavía más ridículo. Creo que, llamar a las cosas por su nombre, les enseñará a valorar el verdadero sentido del idioma y aprenderán a hablar más rápido y mejor. Sin embargo, no he tenido oportunidad de hablarle a mi hija de las cosas referidas a la muerte.

Afortunadamente, últimamente, no tuve parientes que hayan fallecido, como para darme la oportunidad de iniciar a una conversación, casi vital diría, sobre el tema. Sólo recuerdo el deceso de algún pariente lejano, de relación muy distante y de intrincado lazo sanguíneo, que no merecía ilustrar a la Cata. Creo que el único contacto que mi hija tuvo con la muerte, fue aquel día donde simulé estar muerto sólo para que dejara de hablar y duermiera al fin su siesta, pero nada más. Estoy seguro que eso no fue suficiente. Pese a  eso, ayer a la tarde, al preguntarle a mi hija qué hacía su muñeco Barney durmiendo en el sillón, Catalina me respondió con absoluta naturalidad: ¡Papá, no está durmiendo, Barney está muerto!